Vistas de página en total

lunes, 31 de enero de 2011

EL VIAJE

     Inés y su familia iban hacia el pueblo, éste no era un viaje de placer como otras veces. Era un viaje especial, diferente por lo que supondría.
     Durante el trayecto, Marta, su hija le preguntó cómo se encontraba, ella le contestó que bien, pero estaba emocionada y sus ojos la delataban y los recuerdos la envolvían.
     Inés había nacido en aquel pequeño pueblo de la província de León. Tenía dos hermanos, Pedro y Mario. Ella era la menor de los tres. Su padre se llamaba Luís Martín, era médico, a veces ejercía de dentista y, en ocasiones de veterinario. Su madre se llamaba Juana Vega y se ocupa de las tareas domésticas.
     La vida en el pueblo transcurría con normalidad. Los hombres trabajaban la mayoría en el campo y las mujeres haciendo sus labores. Los niños iban a la escuela. Salían a jugar a la calle como era costumbre. Era una vida sencilla, pero todo empezó a cambiar cuando estalló la guerra.
     El transcurso de la contienda hizo que las desgracias llegaran para algunos familias del pueblo, entre ellas la de la familia Martín-Vega.
     Inés recuerda aquella noche como la peor noche de su vida y no puede reprimir las lágrimas. Habian terminado de cenar y se encontraban en el salón junto a la chimenea. Su padre les leía "Sandokan: El tigre de Malasia", un libro de aventuras. Pedro y Mario estaban atónitos y en sus caras se reflejaba el entusiasmo que sentían al escuchar las hazañas de su héroe favorito. Aquellas imágenes se le quedarían grabadas en su mente, tenía tan sólo seis años.
     Cuando acabó la lectura, los niños le dieron un beso a su padre y se fueron a dormir. Poco podían imaginar lo que ocurriría más tarde.
     Pasada la media noche llamaron a la puerta. Luís se levantó apresuradamente, se vistió y cogió su maletín pensando que se trataría de una urgencia. En la puerta esperaban dos hombres que él no conocía. Les preguntó qué querían.
- Tiene que acompañarnos. Contestó uno de ellos cogiéndole por un brazo.
     Luís se resistió. Forcejeó. El ruido y las voces despertaron a Juana y cuando bajó del dormitorio vio cómo se llevaban a su marido. Luis intentó calmarla, diciéndole que no pasaba nada y que volvería muy pronto.
     A la mañana siguiente, Juana acudió a las autoridades. Quería saber dónde estaba su marido y por qué se lo habian llevado. Luís y tres vecinos más del pueblo habían sido detenidos y trasladados a León. Esa fue la única respuesta que obtuvo, no volverían a saber de ellos.
     Poco tiempo después, Juana y sus hijos abandonarían el pueblo para trasladarse a vivir a casa de los abuelos. Pasaron los años, y la vida seguía su curso. Los niños crecieron, se casaron y, algunas veces volvían al pueblo por vacaciones, fines de semana, etc, pero Juana, nunca iba con ellos, ni sus nietos lograron convencerla para que fuese. Ella siempre decía que sólo volvería para descansar eternamente y, así fue.
     Dos años después de la muerte de Juana, su hijo Pedro recibió una llamada. Se había hallado una fosa con restos de varias personas, en la que podían estar los de su padre.
     Comenzaron a realizarse las pruebas de identificación y se abrió un expediente. Las investigaciones llevaron a la familia a descubrir lo ocurrido. Luís fue denunciado por Julián Cortés. ¿Quién era ese hombre?. No lo conocian ni tampoco habían oído hablar de él.
     Julián había llegado al pueblo para trabajar como capataz en una finca. Allí conoció a Juana y se enamoró de ella. La estuvo pretendiendo durante mucho tiempo, pero ella siempre lo rechazó. No estaba enamorada de él, no lo quería ni lo correspondía.
     Un año después, Juana conocería a Luís. Había llegado al pueblo como médico. Nada más verse surgió el flechazo entre ellos. Se enamoraron y meses más tarde se casaron.
     Julián decidió marcharse y emprender una nueva vida.No volvieron a saber de él. Al parecer, Julián alcanzó una buena posición en el lugar dónde vivía. Llegó a ser un hombre importante y muy influyente.
     Durante la guerra, Luís atendió a varios heridos llegados del frente. Su obligación era curarles independientemente de la condición social y la ideología política de éstos. A Luís no le gustaba ni le interesaba la política. No militaba en ningún partido. Él únicamente debia hacer su trabajo. Cumplir con su deber en aquél momento le costaría la vida. Tenía 39 años de edad.
     Julián se enteró que Luís había atendido a los heridos y decidió denunciarlo. El odio y el rencor guardado durante tantos años por el rechazo de Juana, hizo que Julián delatase a Luís.
     Inés recuerda a su madre, ella no llegó a conocer la verdad, pero mejor así ya que saberlo sólo le hubiera producido más dolor del ya padecido.
     El viaje había llegado a su fin. La familia Martín-Vega estaba en el pueblo. Todos juntos se dirigieron al cementerio para enterrar los restos de su padre encontrados en aquella fosa. Luís y Juana volvian a estar juntos. Inés depositó una flores, rosas blancas y rojas, las preferidas de su madre. Rezaron unas oraciones. Fue un acto sencillo pero muy emotivo para todos. Pasaron muchos años y finalmente sus padres reposarían unidos.
Palabras o datos: · Nombre: Inés. · Profesión: Dentista. · Ciudad: León. · Flor: Rosas. · Animal: Tigre. · Edad:  39.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.