LA VENTANA DE LA ESPERANZA

LA VENTANA DE LA ESPERANZA

Desde la pequeña ventana mí celda, soy el interno nº 1724 de la prisión de Murcia, solo puede ver un gran campo de girasoles por el que e visto pasar todas las estaciones del año, antes no me fijaba en esas cosas.
Me llamo Fabián Pérez González aunque todos me conocen como “lagartija” por mi constitución, siempre muy delgado y alto, y por mí habilidad que demostré desde joven para escalar por las ventanas de los edificios, desde que a mediados de los años 80 en mi barrio de la explanada del puerto de Alicante, y siendo aun menor, inicie mí “carrera” de ladrón y teniendo mis primeros devaneos con las drogas y la policía, sin preocuparme por el futuro.
Tras haber recorrido la mayoría de las cárceles de España, ahora a mis 42 años empiezo a estar cansado de esta vida y estoy pensando en recuperar los más de veinte años perdidos, sobretodo tras recibir una carta de mi hija, Mar que ha cumplido 20 años y que es fruto de una fugaz relación con María, una joven tan inexperta como yo que conocí en un permiso carcelario en unas fiestas de hogueras de San Juan y de la que durante estos años apenas he tenido noticias. A mí hija Mar, no la veo desde que tenia cinco años, en la carta me dice que me quiere conocer porque esta cansada de preguntar a su madre por su padre y nunca recibir respuestas, y esto me ha hecho pensar, incluso en escribir alguna novela con mis “aventuras”.
La carta me esta dando un aliciente para que pasen lo más rápido posible los pocos meses que me quedan de condena, pero hasta que llegue ese día solo me queda una ventana, mi ventana…… la de la esperanza.